NO HAY LUGAR ALGUNO EN EL TERRITORIO NACIONAL,
EN DONDE NO EXISTA LA HUELLA BIENHECHORA DE LOS EGRESADOS POLITECNICOS

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HISTORIA DEL FOOT BALL AMERICANO EN EL I . P . N .



A finales del siglo pasado el fútbol americano todavía no estaba reglamentado y se jugaba mas con buena voluntad que con técnica, más con entrega y espíritu que con utilería apropiada y puede señalarse que el primer juego disputado en tierras mexicanas se realizó en los llanos de Jalapa, Veracruz, en el año de 1896. Si bien hasta 1929 se lanza la primera convocatoria para llevar a cabo el primer torneo organizado, en el cual intervienen la Asociación Cristiana de Jóvenes (la famosa "guay" o YMCA), la UNAM, el Centro Atlético y el Deportivo Internacional.

Desde luego, según lo afirman algunas versiones, en 1926 se integra el que se considera primer equipo formal de fútbol en el Instituto Técnico Industrial " ITI ", con la dirección de Lauro Mendoza Ángel, y que llegaría a constituirse en la base del más fuerte representativo del ITI en 1934. Pero hay que señalar, tal vez como antecedente de ello, que para 1926 ya había otros equipos incipientes de las Escuelas Técnicas, como es el caso del representativo de la Escuela de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (conocida como EIME desde 1921 hasta 1931), el de la Escuela de Comercio -que dirigía el "all american" José Martínez Zorrilla-, el de Constructores y otros mas. Aunque se debe reconocer que el equipo que mayor apoyo recibió de parte del ingeniero Wilfrido Massieu (tal vez por el gran entusiasmo de sus participantes) fue el del ITI, que ya en 1933 era reconocido por su espíritu indomable.

El éxito que alcanzan varios jugadores que actúan en la categoría superior los proyecta para integrar la Selección, como respuesta a la convocatoria que publica el entonces Presidente de la Federación Deportiva de las Escuelas Técnicas, doctor Octavio Gómez Haro, y es así como llegan a la escuadra nacional Ernesto Villarreal, Antonio Romay, el propio Gómez Haro (quien asume la capitanía del equipo), Juan Ugalde , Tepichín , José Ruiloba, Manuel Crespo, Jorge Navarro, Arturo Enrique Díaz Cortés, Rodolfo Martínez Soto, Salvador Pinal, Manuel Uruchurtu, Luis Amezcua, Antonio Cámalich, Alberto Parra, Armando Gómez Aceves, José Manzanilla, Rafael Brizuela, Eugenio Durand, Mario Vázquez Lugo, Rafael Santín, Francisco Peláez, Alfredo Rodríguez H., Oswaldo Olvera, Vicente Cosme y el masajista Enrique Novoa.

Estos hombres parten a su primera gira deportiva a la ciudad de Washington para jugar contra el Central High School, ante el cual pierden con un marcador de 32 a 12. Al equipo Nacional lo acompaña, por instrucciones del Presidente Lázaro Cárdenas, la Orquesta Típica Lerdo de Tejada. Luego de ello, precisamente el 15 de noviembre de 1934, la Selección debuta en México, ganándole al Centro Atlético de México -CAM-, que había forjado su reputación al repetir como campeón durante los años de 1931 a 1933. Este encuentro se realiza en los campos del Club España, ubicado en La Verónica hoy Melchor Ocampo y Parque Vía. Mas tarde la Selección, que entrena en el Estadio Salvador Camino Díaz, en el Casco de Santo Tomás, se refuerza con jugadores del propio CAM y del Club Deportivo Internacional.

 

En 1936, ya como escuadra del IPN, derrota al equipo PUMAS de la Universidad, con lo que se abren espacios de esperanza para el fútbol americano politécnico. Ese día -17 de octubre de 1936- el equipo estrenaba nombre y se iniciaba la historia del "clásico". Al respecto, el periódico Excélsior del día 18 de octubre de 1936, indica que este primer juego entre el Politécnico y la Universidad se realiza en el Estadio Nacional (ya desaparecido), ubicado en la colonia Roma. El triunfo fue para el Politécnico (6-0) gracias a un pase que lanzó el gran fullback Roberto "Shorty" Uruchurtu, a su hermano, el quarter back Manuel "Manny" Uruchurtu, ambos ya fallecidos.

En esa temporada el equipo llevó a cabo cuatro juegos internacionales (todos perdidos) y no se coronó porque, sorpresivamente, sucumbió ante el Suizo, equipo al que había derrotado un mes atrás por más de 30 puntos. A pesar de eso, lo importante era que el equipo politécnico estaba ya en el máximo circuito y cumpliendo un papel de mucha altura.

Ahora bien, a partir de 1937 comienzan a formarse los semilleros del fútbol americano del Politécnico tanto en categoría intermedia como en segunda fuerza, provocándose con ello cierta efervescencia que conduce a que se tome la decisión de que en los equipos del IPN sólo jueguen estudiantes del propio Instituto, además de que se inician esfuerzos para legislar sobre la elegibilidad de los jugadores. En cuanto a competencias, el equipo participa en el primer juego nocturno, que se celebra en el Campo España de esta ciudad.

El año de 1938 es fructífero por partida doble pues, además de que el IPN vence a todos los competidores -excepto a la Universidad-, se da un paso trascendente para el fútbol americano de México, porque se legisla sobre las ligas juveniles e intermedias y se fortalece la recién organizada Asociación de Fútbol Americano.

Los años siguientes son de crecimiento y organización, de modo que en 1939, con la participación decisiva de Francisco Laguardia, se forma el equipo infantil Politos, que cobra preponderancia en todo el país precisamente por su organización -lo que se le reconoce hasta la fecha-. Empero, mientras esto sucede -y el equipo de Ferrocarriles sustituye al de la Universidad Obrera, en 1940, e ingresa el de Chapingo al máximo circuito-, el equipo mayor del IPN sufre una sorpresivo derrota -20 contra 7 puntos- ante la YMCA, que nulifica el empate conquistado ante los pumas el 14 de diciembre de ese año y que tan grato sabor de boca había dejado.

Le resarce de ello ver madurar a jugadores como "Zambo" Robles, Toño Suárez, "Chato" Loyo, "Silencioso" Hernández, "Yaqui" Heredía (cuyo nombre es puesto a un estadio de la ciudad de Hermosillo, Sonora), "Tigre" Nava, "Tiachiche" Herrera, "Chayote" Espinosa, Carlos de la Rosa, "Furia" Vázquez , Gonzalo Tepichín, "Chino" Lee, José Luis Barajas (manager de Cheyenes), "Blakaman" Cuéllar, "Látigo" Gerner, y otros más que llenan páginas de gloria deportiva y dan pie para que empiece la leyenda de los llamados "cuatro burros galopantes" que constituyen el back field del Politécnico: Manuel "Pibe" Vallarí, Rodolfo Rufo de León, José "Pipo" Mota y "Chato" Elizondo.

Y como en el deporte -al igual que en todas las actividades humanas no hay plazo que no se cumpla, el equipo guinda y blanco, aunque pierde ante el de la Universidad el 22 de septiembre de 1945 por un error arbitral, conquista su primer campeonato venciendo justamente a la Universidad con marcador de 13 contra 12 puntos y alcanza, además, el honor de ser el primer equipo mexicano que logra un triunfo ante un equipo estadounidense, al derrotar al Stephen F. Austin, de Houston, Texas.

En la coronación del equipo contó mucho el trabajo del Reverendo Lambert J. Dehner, quien sustituyó en la dirección a Salvador "Sapo" Mendiola, así como la tenacidad de jugadores como Sergio "Extensión" Cordero, Manuel Pastor, Manuel "Pibe" Vallarí, Enrique "Foco" Valero, Salvador "Tarzán" Saldaña , Juan Tepichín, Enrique "Manotas" Etchegaray, "Sordo" Quezada, Uriel González y Anastacio "Látigo" Gerner, quienes contribuyen para acabar con los 12 años de dominio Puma. En 1947 se inicia lo que puede considerarse la época de oro del fútbol americano, y entre lo mejor esta el ingreso del equipo del México City College (MCC) y el hecho de que se juegue el Primer Tazón de Plata contra el equipo de los Ramblers de Randolph Field, equipo que cuenta con cuatro "all americans": "Doc" Blanchard, full back; Arnold Tucker, quarter back (dos jugadores estrellas del equipo de la base aérea), además de jugadores de Army. Por parte del Politécnico juegan Salvador "Tarzan" Saldaña, Uriel Gonzalez, "Pibe" Vallarí, Juan Tepichín , Anastacio Gerner y Enrique Valerio, entre otros. Los politécnicos juegan un gran partido y ganan (en lo que se considera una de las mas grandes hazañas de nuestro fútbol) por 24 puntos a 19, nominándose como el mejor jugador del partido al "Pibe" Vallarí.

En 1948 de nueva cuenta se hacen esfuerzos por legislar la elegibilidad, y se concluye que cada jugador sólo podrá jugar en liga mayor un máximo de 5 años. Por otro lado, esta temporada la Universidad sólo contrata juegos internacionales, pero como existe gran expectación por el "clásico", éste se realiza fuera de calendario, de modo que apesar de la derrota el Politécnico logra coronarse por segunda ocasión; pero en el "clásico" sobresale la actuación de Manuel "Pibe" Vallarí, quien hace una carrera de casi 90 yardas para anotar un touch down.

Los dos años que siguen (1949-1950) son de gran importancia para el equipo politécnico y, en general, para el desarrollo del fútbol americano hacia el interior de la institución: regresa el Reverendo Lambert, se obtienen dos triunfos consecutivos contra la Universidad, además de otros tantos contra equipos extranjeros y, particularmente en 1950, invicto, logra su tercer campeonato, derrotando en fila al Pentatlón, la YMCA, la Normal, el Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, a la Universidad, al México City College y al Colegio Militar, en tanto en sus diversas ligas participan y se desarrollan equipos como el del Internado, Medicina Rural, Vocacional 2, Biología y las Prevocacionales 2 y 3, entre otros. Inclusive se realiza el "Clásico del Recuerdo" con la participación de destacados jugadores de las dos máximas casas de estudio del país -UNAM e IPN-, y la asistencia de los jugadores "fundadores" del equipo de la UNAM. La patada inicial la da el ingeniero Juan de Dios Bátiz. Por último, esta etapa se cierra dignamente para las huestes del Politécnico, con la asistencia al Tecnológico de Monterrey del reconocido jugador y entrenador Salvador "Tarzán" Saldaña, invitado especial.

La década de los 50 no sólo trae consigo la consolidación del equipo, sino el surgimiento de grandes jugadores, entrenadores propios y, lo que marcaría un hito: la formación de los dos equipos base del IPN, es decir, Poli-Guinda y Poli-Blanco. Pero en el ínterin, en 1953, al regreso definitivo del Reverendo Lambert a los Estados Unidos de Norteamérica, se realizan esfuerzos infructuosos por contratar los servicios del mayor Robert Whitlow, entrenador del Colegio Militar, y del entrenador asistente de Maryland University, Tommy Mont.

Así, se dan dos hechos trascendentes: el Patronato de Fútbol Americano del IPN nombra al que sería un entrenador triunfador -Uriel González, de 1953 a 1957- con tres campeonatos consecutivos (1953, 1954 y 1955) y concluye la etapa del equipo único en Liga Mayor iniciándose, a partir de 1958, con la propuesta de Octavio Gómez Haro, la doble historia con el equipo formado por


Medicina-ESIA (luego Poli-Guinda) y el que integran ESIME-Comercio (más tarde Poli-Blanco). Al primero lo dirige Jacinto Licea y, al segundo,. Manuel Rodero, ambos colaboradores de Uriel González.

En esa espléndida época, jugadores politécnicos ocupan los lugares de honor, como es el caso de César Luque (1953), Ramiro "Tigre" Medina (1954), Cándido Trapero (1955) y de Miguel Cervantes (1956), quienes se hacen acreedores a la distinción de "jugador del año" consecutivamente. Asimismo, en la temporada 1954-55 se presentan "las vitaminas" del Politécnico, un equipo de novatos tipo Freshman, que en 1955 derrota a su similar de la UNAM en la ciudad de Puebla por un contundente 30-0.

Y aunque la tragedia enluta a las huestes politécnicos por el fatal percance en que pierde la vida el excelente jugador Humberto Areízaga Rojo (jugador que se había iniciado en Vocacional No. 2 y muere en un desgraciado accidente en el Popocatépetl, en 1954, y cuyo número "33" no es usado ya por el equipo Cheyenes desde entonces, como homenaje), la hornada que surge es de primera línea: "Mongol" Rivera, Eduardo Tapia, Omar Fierro, Víctor Bravo, Eduardo "Lingote" Rivera, Vicente Cano, Artemio Yáñez, Carlos Yapur, Mario Salum, José lñiguez, Enrique Frías, Hugo Ortega, Antonio y Raúl Azcué y Fernando "Cácaro" Mendiola.

En 1958, y ya con dos equipos representativos del IPN, cuando Mario Salum es declarado el "jugador del año", otros nombres se agregan a la lista de estrellas, como son: Gabriel Yapur, Felipe Almeraya, Mario San Roman, Javier Patiño, Carlos Díaz, Armando Camargo, Mario Yáñez Correa, Enrique Flores y Carlos Harper.

Al final de esta década (1959), la selección del Politécnico derrota a la Universidad por 20 puntos contra 12, en tanto el Poli Blanco logra importantes victorias en Miami y Houston, con la destacada participación de jugadores como "Wiliy" Areízaga, Ernesto Larrache Rivera, Sergio Cuevas, "Gato" Palacio, Ramón Larradie y Cornelio Chit. La década de los 60, no obstante el empeño de veteranos y noveles, resulta poco productiva y de repetidos tumbos ante el "odiado" rival, los Pumas de la UNAM. Así, en 1960 -25 de noviembre-, con equipo de selección, se pierde por 7 a 6, y apenas si sé palia la derrota con la nominación de Guillermo Areízaga, del Poli-Blanco, como mejor jugador.

Pero en 1962, cuando se festejaban los 25 años de la fundación del IPN, la derrota ante los Pumas es aún más dolorosa, por 13 puntos contra 7; y aunque en 1963 se cobra la afrenta por un escandaloso 33 a 0, en 1964 otra vez los Pumas salen con los puños en alto por un marcador de 18 a 14.

La camada de jugadores destacados la forman Francisco Arana, Sergio Tejeda, Cuauhtémoc Peña, Víctor Martínez –designado "jugador del año" en 1962-, Sergio W. Elorza, ((quien aun se encuentra vigente en el Foot Ball Americano del I.P.N., ya que tiene 28 años ininterrumpidos de dirigir al equipo de los sioux de la Vocacional 8 en sus categorias juvenil e intermedia; sumando ya hasta la fecha 34 años de dirigir equipos del Politecnico. Fue fundador como coach asistente junto con Alfonso "La Chita Cabrera" del equipo "Aguilas Blancas" Liga Mayor (1969-1970). Asi mismo informo que fue nombrado jugador de la decada de 60-70, nominado como el mejor en su posicion (ala).))
Ramón González, Enrique Villafaña Huerta, Rodolfo Oropeza, Filiberto Armas y "Atila" López, por los guinda; en tanto por los blancos destacan Antonio Bradley, Cuevas, Juárez, Zapata, Nuño, Cruz y Antonio Trapero.

En 1963, el "jugador del año" son dos y los dos de Poli-Guinda: Mario Yáñez Correa y Víctor Martínez y surge, al año siguiente, otro "feroz enemigo": Chapingo.

Sin embargo, lo peor no ha pasado: en 1967 los Pumas se cobran una cruel venganza y vencen, en el Estadio Ciudad de los Deportes, por un desorbitado 52 a 0, que hace explotar al técnico Jacinto Licea. Pero en el Poli Blanco las cosas no van mejor y luego del 14 a 0 ante los Pumas, también Mario San Román deja a los Cheyenes y, para colmo, se pierde por 36 a 0, siendo ésta la postrer temporada de los dos politécnicos y el cierre de una época de media luz.

Los acontecimientos estudiantiles de 1968 marcan otro rumbo al deporte de las tacleadas, y si bien en el IPN se decide formar un solo equipo con jugadores provenientes del Poli-Blanco y del Poli-Guinda con Manuel Rodero como entrenador en Jefe, lo cierto es que aquellos hechos y la Olimpiada hicieron imposible el propósito. Rodero renuncia en 1969 y forma un equipo con algunos jugadores del Politécnico, bautizándolo con el nombre de Cheyenes de Acción Deportiva; entrenan en los campos del Deportivo Miguel Alemán, en Lindavista, con el uniforme verde y blanco de los auténticos equiperos politécnicos, más luego los cambian por verde y naranja. Los Pumas se enfrentan a este equipo varias veces y el clásico no se realiza.

El Politécnico cierra esta década, armando tres equipos: Búhos, de ESM-ENCB; Cheyenes, de ESIME-ESIA y Águilas Blancas, de ESCA-ESIQIE, que se enfrentan, en ese orden, a Chapingo, Universidad de Nuevo León y al Tecnológico de Monterrey. Se designa a César Luque supervisor de los tres equipos y los Búhos hacen menos dolorosa esta época al conquistar el campeonato invictos, con Jorge Villa colocado en el segundo lugar de los anotadores de todo el torneo y nombrado el "jugador del año".

Diversos cambios se suceden en la década de los 70 cuando, al iniciarse, la UNAM decide inscribir tres equipos en Liga Mayor: Cóndores, Águilas Reales y Guerreros Aztecas, que sumados a los tres del Politécnico, a Chapingo, a la Universidad de Nuevo León y al Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, dan forma a un campeonato con 9 participantes.

Sin embargo, por lo que respecta al IPN, el mejor equipo es Águilas Blancas con un tercer lugar, pero al reviviese "el clásico", los pupilos de César Luque caen por 24 puntos contra 13. Por otro lado, al reanudarse el Tazón Azteca (antes de Plata), contra Mesaby College, el equipo nacional gana por 7-6, con destacada actuación de Hugo Lastinere, safety de las Águilas Blancas

En 1971 se acepta en la Liga a los "Pieles Rojas" de Acción Deportiva (antes Cheyenes) con lo que aumenta a 10 el número de equipos participantes; empero, aunque Águilas Blancas repite como el equipo politécnico mejor clasificado, esta vez lo hace dos escaños abajo y apenas ocupa el quinto lugar. Y, para completar este pobre papel, el mejor anotador politécnico de la temporada Ricardo Strevel, ocupa el octavo lugar, empatado con Sergio Chagary de los Pieles Rojas.

En 1972, se introducen algunas modificaciones a la competencia, de modo que el sistema de todos contra todos, "round robin", cambia por el de dos grupos de 5 equipos cada uno y se establece la modalidad de los juegos de play off . Ningún equipo politécnico logra clasificarse para esta ronda y sólo se conforman con tener en sus filas al campeón anotador de la Liga, el pateador y corredor José Guzmán Vera, con 53 puntos, así como al subcampeón, Ricardo Villa, jugador de los Búhos, con 42 puntos. El Politécnico gana el clásico por 20-3 a los Pumas, en un juego dirigido por Jacinto Licea y gracias a los goles de campo de Guzmán Vera, quien es nominado por un periódico el "jugador del año".

Las Águilas Blancas regresan por la venganza y, en 1973, arman un equipo que entrega buenas cuentas a los aficionados, pues clasifican para el " play off ", en semifinales derrotan a los Pieles Rojas de Acción Deportiva, que juegan con los colores blanco y naranja, y en la final vencen a las Águilas Reales para conquistar así su primer campeonato en el propio Estadio de Ciudad Universitaria En el equipo sobresalen de nueva cuenta José Guzmán Vera, quien logra 58 puntos en la temporada regular y 8 mas en los juegos de postemporada; los hermanos Bustillos, que conjugan una gran labor, y Hugo Latisnere, que obtiene la nominación como "jugador del año".

Asimismo, "el clásico" lo gana el IPN por 19-13 con el regreso de patada que logró Ricardo Villa de más de 60 yardas para una anotación emocionante. Por desgracia, en un incidente lamentable muere una espectadora, y ello obliga la suspensión del "clásico" el siguiente año.

En 1974 se regresa la competencia de "round Robin" y aunque hay una buena camada de jugadores provenientes de la intermedia de Cheyenes -sobre todo de los dos años que anteceden, 1972 y 1973- y se designa como coach al texano Alex Sánchez, los resultados no son buenos porque, paradójicamente, si bien se dan juegos extraordinarios, lo que le vale a Sánchez ser nombrado el

"coach del año", apenas se alcanza el séptimo lugar, con Rodolfo "Rudy" Ruiz de Águilas Blancas en el quinto puesto entre los anotadores con un total de 54 puntos.En realidad, es la "temporada de oro" de los equipos regiomontanos ya que comparten el campeonato los -Tigres de la Universidad y los Borregos del Tecnológico.

Los años de 1975 y 1976, salvo porque se forma un nuevo equipo en la ESIA con el nombre de Lobos Plateados, al que dirige Manuel "Pibe" Vallari, los resultados para las escuadras del IPN son francamente malos, porque aun cuando Águilas Blancas se proclama campeón del grupo B, es vencido por los Pieles Rojas de Acción Deportiva, con marcador de 55-27, en la semifinal en tanto Cheyenes ocupa el cuarto lugar en la temporada 1975. Carlos Bustillos, el half de las Águilas Blancas es nombrado el "jugador del año" por ser el mejor anotador con 62 puntos en la temporada, así como por el juego que dio contra los Pumas en el partido de selecciones, que gana el Politécnico por 35-27. En lugar privilegiado queda también Rodolfo "Rudy" Ruiz, half back de Águilas Blancas, al sumar 36 puntos en la temporada.

En la siguiente temporada, si bien "Rudy" Ruiz conquista el primer lugar como anotador con 66 puntos, los equipos politécnicos, a pesar de reforzarse con nuevos entrenadores (como es el caso de Tom Badillo Bischop, para los Búhos), no logran mas que terceros, cuartos, quintos y sextos lugares dentro de los grupos en que participan; y el campeonato se lo llevan los Borregos del Tecnológico de Monterrey derrotando a los Pieles Rojas de Acción Deportiva por 28-22.

En los tres años subsecuentes, los altibajos en el fútbol americano que se juega en México repercuten también en la actividad que desarrollan los equipos del IPN-. en 1977 los Pieles Rojas ingresan al Politécnico, conducidos por Manuel Rodero. En este año las Águilas Blancas quedan como subcampeones pero se pierde el "clásico" por 15-7.

Por otra parte, la tarea que por siete años habían venido desarrollando los ingenieros Raúl González Apaolaza y Jesús Flores Palafox, rinde sus frutos al crearse la Organización Nacional Estudiantil del Fútbol Americano (ONEFA), y en 1978 proponen un sistema llamado de "plantilla", que busca equilibrar las fuerzas entre los contendientes, pues era ya evidente que algunos equipos congregaban a mas jugadores de mayor calidad que otros y la competencia se tornaba desigual.

Este año, aunque las Águilas Blancas cumplen una temporada aceptable, eliminando a los Tigres (que no han perdido ningún partido en los pasados 2 años) en la ciudad de Houston por marcador de 21-17, sucumben en la final frente a los Cóndores Universitarios por 23-14.

Por último, a causa de diversos problemas generados en Monterrey se expulsa de la ONEFA a los tigres de la Universidad de Nuevo León, lo que sumado a la ausencia -en las dos últimas temporadas- de los Borregos del Tecnológico, completa la década.

Al iniciarse los años 80, la Ola Verde -equipo de la UPIICSA que había ingresado a la Asociación Mexicana de Fútbol Americano (AMFA) cumple un papel aceptable contra equipos semiprofesionales, pero a los equipos del IPN que participan en la Liga Mayor no se les dan bien las caras y quedan en los cuatro últimos lugares de la tabla de clasificación, excepción de las Águilas Blancas, que logran pasar a semifinales, en las que derrotan a las Águilas Reales por 24-18, si bien pierden la final contra los Cóndores Universitarios por 28-25. El primer lugar de anotadores se lo lleva Sergio Cuéllar, running back de las Águilas Blancas con 62 puntos, en tanto Alberto "Jamón" Ortega, fullback de los Lobos Plateados ocupa el cuarto y Pedro Plata, el pateador de los Búhos, el octavo. Sin embargo, el "clásico" no se realiza

Con la formación, en 1981, de dos conferencias dentro de la ONEFA para hacer mas competitivo el campeonato- se incorpora la Ola Verde a la conferencia "débil", pues la AMFA ha desaparecido del panorama. Así, la creación de estas conferencias permite que se coronen dos equipos politécnicos-. las Águilas Blancas por la Conferencia Metropolitana, con destacada actuación de Carlos Cupido y Erick Strevel, y los Lobos Plateados por la Conferencia Nacional ,Además, Cupido y Strevel comparten la nominación de "jugadores del año" y el segundo se proclama campeón anotador con 109 puntos. Y para redondear el año, el "clásico" se pinta de guinda y blanco al son de 23-20.

Al año siguiente, cuando los Lobos Plateados pasan a la Conferencia Metropolitana, la Ola Verde logra su primer campeonato al derrotar a los Osos de Acatlán por 14-7 y a los Huracanes de Aragón (ambos equipos de la Universidad) por 23-6, teniendo en Roberto Malpica al mejor anotador de la Liga con 49 puntos.

Por su lado, las Águilas Blancas clasifican en el 2o. lugar de su grupo y vencen en semifinales a los Guerreros Aztecas (1 2-9) y a los Cóndores (16-8) en la gran final con Erick Strevel como motor de¡ equipo al anotar 54 puntos en la temporada, obteniendo así el tercer campeonato de su historia. No obstante, el "clásico" se suspende.

Las temporadas de 1983 y 1984, en términos generales, son apenas regulares para los equipos del IPN; es cierto que cinco jugadores politécnicos acaparan los lugares de honor como anotadores -Marco Antonio Ramírez de Pieles Rojas, con 46 puntos-, Javier Martínez, Roberto Pérez y Carlos Granados con 42, y Carlos Gómez Tagle, de Lobos Plateados, con 40 puntos, en la Metropolitana, en tanto en la Conferencia Nacional el jugador de la Ola Verde, Enrique Vargas, obtiene el 2o. lugar con 66 puntos y la propia Ola Verde conquista su segundo campeonato al derrotar en semifinales a los Búhos por 1 9-13 y a los Toros Salvajes por 47-2 con Enrique Vargas, como líder al anotar 54 puntos en la temporada, pero no se logra mayor brillo. Inclusive, en 1984 desaparece Cheyenes tres equipos del Politécnico continúan en la Conferencia fuerte.

Lo mas interesante de la temporada, además de que este año si se realiza el "clásico" y los politécnicos, dirigidos por Jacinto Licea, logran un claro triunfo por 21 -10, es el hecho de que los jugadores del Politécnico logran colarse a los primeros lugares de anotadores: Andrés Bravo, de Lobos Plateados, con 52 puntos, Roberto Pérez, de Pieles Rojas, con 36; Ramón Cota, Ángel Gutiérrez, Enrique Morales y Martín Zúñiga, todos de Águilas Blancas, con 32, 24, 24 y 20 puntos, respectivamente.

En 1985 continúa el buen accionar de la Ola Verde en la Metropolitana, en tanto los Búhos clasifican en la Nacional pero pierden contra los Toros Salvajes de Chapingo, compensando su derrota al hacer el 1-2 con Arturo Rosas y Profirió Teysier como máximos anotadores de la Liga. Las Águilas Blancas clasifican en 2o. lugar y se enfrentan a los Pieles Rojas, que hacen la mejor temporada de toda su historia dentro del Politécnico, aunque sucumben ante los Cóndores universitarios por 31-0 en el partido por el campeonato. En la lista de anotadores figuran Martín Zúñiga, de Aguilas Blancas -segundo lugar con 64 puntos- y Daniel Orozco, de Pieles Rojas, con 42 puntos. El "clásico" se pierde por 24-21.

Finalmente, en 1986, la crisis económica invade al deporte de las tackleadas, sobre todo por el alto costo de la utileria necesaria para cada jugador, y se toma la decisión de reducir a tres los equipos representativos del IPN, volviendo a la tradición-. se revive el Poli-Guinda, que dirige Jacinto Licea, el Poli-Blanco (que entrena en los campos de los Cheyenes, en Zacatenco), bajo las órdenes de Víctor Martínez y el Poli Guinda y Blanco, con Manuel Rodero como entrenador en Jefe. Desaparecen las conferencias y se vuelve al "round robin" contra los equipos universitarios que también se reducen a tres.

 

LOS HOMBRES MÁS SOLITARIOS DEL ESTADIO

 

Chivos expiatorios, enemigos públicos número uno, ángeles salvadores, sabios, brujos, charlatanes, ineptos, ejemplos para la juventud, y tal y tal. Son los que pueden salir en hombros o recibir piedras en sus automóviles. Se pueden enterar por los periódicos, que sus jugadores los aborrecen o los van a buscar allende el Bravo Controvertidos y criticados; siempre en la mira de miles de ojos, responsables "únicos" del éxito o fracaso de los equipos. Son los hombres más solitarios de los estadios de fútbol americano; son los entrenadores en jefe de los equipos.

Desde la época de los entrenadores-jugadores, allá por los años 33 y 35 (Enrique "Pirata" Grajeda, José Alvarado, Alfredo "Coqueta" Pineda y Julio Estañol, por cierto universitario), hasta nuestros días, todos los entrenadores han sido motivo de comentario y de crítica. Pocas veces de alabanza

Robert P. Martín, entrenador de un equipo de segunda fuerza del Colegio Americano de la Ciudad de México, arribo a la fama cuando el representativo de las escuelas técnicas viaja a Washington para jugar contra el Central High School, y pierde por un marcador de 32-12. El viaje lo realizaron acompañados por una orquesta típica que intervenía en el medio tiempo. Un 7 de noviembre

de 1936, antes de iniciarse en juego, el entrenador desaparece y deja a la deriiva el equipo en tierras extrañas: por lo que el equipero Manuel Uruchurtu asume las tareas de entrenador-jugador.

El equipo eligió entonces (se dice que por ser el menos "necesario"), a un personaje que estaría ligado al Instituto y a su equipo de fútbol por 11 años: Salvador "Sapo" Mendiola. Y corresponde a él iniciar un largo y difícil camino para desterrar las viejas costumbres, como las de inventar jugadas a la hora del partido en lugar de preparar un estrategia desde antes o la de aceptar jugadores que no eran estudiantes de la institución.

Fué tal el deseo de superación que el "Sapo" Mendiola imprimió a sus actividades, que pronto ocupó todos los "cargos" posibles en el equipo: trainer, médico, manager, entrenador, aguador, preparador físico y todavía vendaba diariamente a los jugadores que lo necesitaban, aun cuando había partido, lo que era francamente agotador. Se cuenta, inclusive, que llegaba a falsificar la firma de su padre (don Napoleón Mendiola, dueño de una joyería en las calles de Bolivar) para avalar la compra de la costosa utilería. Es más, en la casa de éste instaló una tina de diatermia para ayudar a los jugadores lastimados.

El récord del "Sapo" Mendiola es el siguiente. 34 juegos ganados,25 perdidos y 5 empatados, sin embargo perdió 10 "clásicos" y sólo ganó 1. Esta fue una de las razones por las que lo sustituyeron por el padre Lambert J. Dehner, quien en 1945 conduce al equipo del IPN a la conquista de su primer campeonato, así como al primer triunfo que un equipo mexicano logra en los Estados Unidos de Norteamérica.

El padre Lambert se ve obligado a dejar el equipo y se hace cargo de él T. Riggs (ex tackle de la Universidad de Illinois y agregado de la embajada de los EUA, en México) junto con Manuel Uruchurtu y Manuel Sánchez de la Cruz. Después de un año entra al quite el "Sapo" Mendiola y a éste lo sustituye nuevamente el Reverendo Lambert en 1949. Durante este año, y los tres siguientes el padre Lambert imprime al equipo un espíritu y una fuerza moral especiales, así como un gran cariño por los colores guinda y blanco, lo que los lleva a un muy buen nivel competitivo, como lo demuestra su record: 43 juegos jugados, 36 ganados y 7 perdidos. De ellos, 8 clásios jugados, con 4 ganados y 4 perdidos

Por razones de salud el Reverendo Lambert tiene que abandonar el país y lo sustituye Uriel González, ex jugador, con él colaboran en el coacheo Jacinto Licea y Manuel Rodero. Los juegos en que participa Uriel González son los siguientes: 41 jugados, 31 ganados, 8 perdidos y 2 empatados. En lo que clásicos se refiere: 8 jugados, 4 ganados, 3 perdidos y 1 empate.

Además, en 1953 obtuvo tres triunfos internacionales contra equipos de EUA y de Cuba. Por último, cabe señalar que con Uriel González concluye la época en que el IPN contaba con un solo equipo en Liga Mayor.

 

 

DE PORRAS, MADRINAS, ANTORCHAS Y.. BURRAS

 

Las porras para apoyar a los equipos de futbol americano nacen de la tradición colectiva, que conjuga emociones y sentimientos. El "siquitibum ". cuyos orígenes se pierden en la memoria, el "alirón, alirón ", herencia de los españoles refugiados en México, se utilizaba indistintamente por los seguidores de los equipos politécnicos. Sin embargo, había que crear la propia porra politécnico.

El ITI había generado algunos cantos de guerra, que luego fueron adoptados por el Politécnico, pero otros desaparecieron, como aquel:

"Rueda, llanta y volante,

Rueda, llanta y volante,

El ITI siempre adelante".

 

En una publicación del Partido Unificador del ITI, Pro-Planilla Roja, se muestra ya la intención de "presentar un núcleo fuerte y disciplinado para alentar a nuestros amigos que jugando fútbol americano , defienden los colores del Politécnico". Ahí aparecen las rimas:

"Ixtlixóchitl, reina Xóchitl

Moctezuma, Ilhuicamina, Cacama,

POLITÉCNICO, POLITÉCNICO,

RA RA RA"

 

Según algunas versiones, esta rima la escribió Aníbal Gallegos, estudiante de la ESCA en 1936. Por otra parte, Víctor Chambón, miembro del equipo de fútbol americano fundador, era autor de algunas canciones que se cantaban (y aún se cantan) en los equipos del IPN. En 1937, un grupo que formaría la primera porra institucional le pidió que inventara alguna para el Instituto, así que él y el grupo de porristas inician lo que sería una creación colectiva: el "Huelum".

Al respecto, se dice que cuando se quería reunir algún grupo de estudiantes para faltar a clase, se gritaba "¡Huelga! ¡Huelga!" y que este grito se fue deformando hasta dar el "¡Huelum!" ' - asimismo, que se pensaba que el Instituto Politécnico Nacional tendría que escribir páginas de emoción y gloria en todo, y de ello derivó el "Gloria" Y como se quería una porra con mucho "pegue" a alguien se le ocurrió que la palabra ideal era "cachiporra" para rimarla con "pim-pom-porra ". Así se formó el "Huelum ", que es hoy el grito de guerra en todas las actividades deportivas del IPN. Inclusive, como se sabe, ha sido musicalizado por Dámaso Pérez Prado, en el ya famoso "Mambo del Politécnico"

Otro ángulo interesante de la historia del fútbol americano del IPN lo forman las "madrinas" que han acompañado a los equipos en sus compromisos importantes. Nombres de mujeres como Leonor Yamauchi, Lupita Torres, Guillermina Vera Bulle (reinas del ITI), Esperanza "Pera" Garza, María Esther Williams, Ana Bertha Lepe, Katty Jurado, Elsa Aguirre, Evangelina Elizondo y Angélica María, sobresalen en una larga lista.

Desde luego, cuentan también los animadores o jefes de la porra, entre los que se incluyen Antonio Barajas, Eduardo Vázquez y Juan Ruiz Moscoso, dentro de la primera época del Politécnico. Después vinieron el inolvidable "Ciego" Ortiz y el "Richard", quienes también participaban en la organización del desfile de equipos de Liga Mayor que partía del Monumento de la Revolución a la Alameda, lo que ha sido retomado por algunas ligas infantiles de fútbol americano del Distrito Federal.

La costumbre de encender antorchas en la tribuna del equipo ganador del "clásico" (juego de Liga Mayor entre la Universidad y el Politécnico) se inicia en 1945, durante la celebración del tercer "clásico". Así festejó la tribuna politécnica el triunfo de su equipo y luego se ha hecho tradición, sobre todo en los juegos que se celebran a media tarde y cuya conclusión es entrada la oscuridad.

Por último, hay diversas historias en relación con la adopción de la burrita blanca como mascota del IPN. Una nos habla del arriero cuya ruta cotidiana pasaba justo enfrente de Santo Tomás y que un día se vio obligado a dejar encargado su animalito, que de buenas a primeras apareció en los terrenos politécnicos, tal vez por inquieto se gano el afecto de los estudiantes.

En otra se dice que fue Aurelio Campos, jugador del semillero creado por el "Sapo" Mendiola para los equipos de Liga Mayor, quien en 1947 propuso el Burro Blanco como mascota. Otros aseguran que la primera burra del IPN era ¡parda! y que fue traída por Antonio Cámalich Parada y Leoncio Islas, ambos miembros del equipo fundador del IPN. La burrita estaba enférma y la trajeron a

curar.

No falta quien asegura que el semoviente plácidamente se quedó en el campo una vez que se cercaron las instalaciones del IPN, y que sólo fue una coincidencia afortunada su designación como mascota. ¿Cuál será la versión cierta?

 

HABIA UNA VEZ UN HALF IZQUIERDO

 

1981. Jack Foulner, antiguo coach y ahora director del equipo profesional de fútbol americano Carneros de los Ángeles promueve ante la Fundación Internacional del Deporte (coorganizadora de la Olimpiada de 1984), la candidatura del único deportista mexicano que hasta la fecha ha ingresado al Salón de la Fama de esa Fundación: Manuel "Pibe" Vallarí.

Atletas inolvidables como "Red" Greenge o el pentatleta Jim Thorpe, estrella olímpico sin comparación, forman parte del selecto y exclusivo grupo de personajes de dicho Salón de la Fama. Y para ingresar a él es necesario ser más que un gran deportista: hay que resistir al tiempo. Un grupo de traductores revisa, canaliza y avala el contenido de las carpetas que se se envían para su estudio, así que cuando se solicitó a México el jersey blanco con el número 21 -que identificó al "Pibe" Vallari por muchos años-, se supo que había sido aceptado.

El 21 de mayo de 1981, Jim Capaletti ganador del Premio Heisman, así como Roger Staubach quarter back de los Dallas Cawboys, el all pro Andy Robustelly, de los Gigantes de Nueva York y el legendario beisbolista Mike Mantle además de los telegramas de felicitación de Ronald Reagan, presidente de los EUA, de la Cámara de Senadores de aquella nación y del ex-presidente mexicano Miguel Alemán- acompañaron la designación de Manuel "Pibe" Vallarí como miembro del Salón de la Fama, para convertirse así en el primer -y único hasta la fecha- mexicano que logra esta distinción.

Ese mexicano había defendido por 10 años los colores guinda y blanco del Instituto Politécnico Nacional llenando páginas y páginas con su brillante carrera deportiva para la historia del fútbol americano. Só1o cabe aquí citar al periodista Alberto Cardeña de El Universal, quien en 1946 escribió emocionado. "Pibe". ojalá sigas muchos años en este deporte para que yo pueda contar más tarde a mis hijos: Había una vez un half izquierdo...".

 

 

CON CASTA Y CORAJE... SERA UN GIGANTE

 

Ningún equipo mexicano de fútbol americano ha logrado emular la hazaña que los invencibles Cheyenes lograron en las ligas intermedia y juvenil en los años 1948, 1949, 1957, 1958 y 1959, cuando se coronaron campeones, con particular jerarquía en 1958, pues desarrollan una temporada sin recibir una sola anotación. Inclusive durante 1959, el batallador equipo de la Vocacional 2 estuvo apunto de repetir la marca del año anterior, pero en el último juego de la temporada recibe puntos en contra.

En la intermedia, los aguerridos y encastados jugadores de verde y blanco fueron subcampeones en 1951 y 1952, así como campeones en 1953 y 1954 bajo un sistema muy peculiar de definición del "mejor equipo de la temporada". Otra vez en 1955 se quedan con el subcampeonato -que es ganado por el Internado del IPN- pero se lleva en fila las coronas de 1956, 57, 58, 59, 60, 61 y

62- siete años consecutivos! para convertirse en un equipo prácticamente invencible.

En 1965 comparte el campeonato con el equipo de la Vocacional 5 y en 1973 con la dirección de los hermanos Díaz Ibarra, logran el subcampeonato. Luego, durante 1980 y 1981, el equipo dirigido por Jorge León, obtiene el campeonato y el subcampeonato, respectivamente, pero por desgracia estos equipos de intermedia no logran mantenerse y participar juntos en Liga Mayor.

Muchos son los jugadores de fútbol americano que han sobresalido defendiendo los colores del IPN, algunos han sido recordados en estas páginas, otros, sin duda, involuntariamente omitidos -olvidos, falta de datos, estrechez de espacio-. Pero tal vez los criterios coincidan al señalar como máximos exponentes de la furia y el espíritu guinda y blancos a jugadores como Octavio Gómez Haro, en la década de los 30, a Manuel "Pibe" Vallart en los actos 40, a Humberto Areízaga y Ramiro "Tigre" Medina en los 50, a Víctor Martínez en los 60 y, en los 70 y 80 a hombres como Hugo Lastinere, Rodolfo Ruiz, Víctor Ramírez, los hermanos Bustíllos y los hermanos Strevel.

Algunos otros que, como Carlos Cúpido y José Guzmán Vera, han ido a probar suerte en el fútbol profesional de los Estados Unidos de Norteamérica y que, como es el caso de Guzmán Vera, son auténticos valores del fútbol estudiantil mexicano. El por ejemplo, participa en 9 juegos de pretemporada con equipos profesionales como los 49's de San Francisco, los Rams de los Ángeles y los Oilers de Houston, habiendo anotado, en 1972, en Santa Ana, California, un gol de campo de 52 yardas que le valió el reconocimiento aun de sus rivales, inclusive, ese mismo año, el Politécnico gana el "clásico" a los Pumas con la aportación de ¡cuatro goles de campo! de Guzmán Vera, por lo que recibe el trofeo "Heraldo" que concede el diario capitalino El Heraldo de México.

 

·  ·  Armando Fernández, ex-jugador politécnico proporcionó a Hugo Licona, esta Historia del Futbol Americano en el Instituto Politécnico Nacional. A su vez, Armando desea citar la fuente de esta información, lo cuál hacemos con mucho gusto.

"50 AÑOS EN LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN TENOLÓGICA"

1988

INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL (PAGS. 257 A 272) COORDINACIÓN DE INVESTIGACIÓN HISTORICA:

MARIA DE LOS ANGELES RODRIGUEZ ALVAREZ, MAX KRONGOLD PELZERMAN

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